LA EMPRESA COMO UN ORGANISMO VIVO
En la administración de empresas modernas se interpreta a la empresa no como una colección estática de máquinas y personas, sino como un organismo vivo. El humano es un organismo vivo, producto de la evolución natural durante miles de millones de años, pero la evolución, no terminó ahí. El humano ha creado otros entes en un nivel superior al de la naturaleza y las empresas son algunas de ellas. El primero que habló de la empresa como un organismo vivo fue Arie De Geus en su libro “La empresa viviente”, en 1997. Y lo subtituló con la frase: “hábitos para sobrevivir en un ambiente de negocios turbulento”, que muestra lo que estaba viendo en el mundo empresarial.
Un organismo vivo
Un organismo superior vivo es en la medida de su entorno. Necesita alimento, agua, aire, energía, comunicación con otros seres tanto de su misma especie y como de otras. Y algo importante para los seres superiores, mucho cariño y una razón de ser. Pero, ese organismo vivo, también interacciona con su entorno, generando desechos de lo que no necesita para su supervivencia. Se denomina ruta anabólica, el proceso de construcción del ser y ruta catabólica el proceso de degradación del organismo. Así que, un organismo vivo, nace y muere en un entorno natural y lleva un tiempo de vida metabolizando lo que entra y excretando lo que no necesita.
La empresa como un organismo vivo
Se entiende que una empresa también es en la medida de su entorno. Nace y muere en ese entorno y realiza procesos con materias primas que toma del entorno y genera residuos. Es decir, hay un proceso anabólico y catabólico en las empresas, no importa si son de productos o servicios.
Una empresa necesita: materias primas, energía, agua, comunicaciones con el medio externo, condiciones adecuadas para sus trabajadores y sus equipos o máquinas. Es decir, los proveedores le dan lo que necesita para su supervivencia. La empresa, como organismo vivo, procesa lo que le entra, o sea, realiza una ruta metabólica. Lo que ahí es procesado sale hacia el exterior en forma de productos o servicios para sus clientes. Pero, también, genera unos desechos, que no necesita para su supervivencia.
Toda empresa lleva a cabo una serie de procesos internos, ya sea humano-humano o humano-máquina. Hay flujos y tiempos que tienen que cumplirse para la adecuada salud de la empresa. Si se produce más de lo que el entorno necesita, la empresa se llena de inventario. Y si es al revés, la empresa no satisface las necesidades de los clientes. En ambos casos, la salud de la empresa se ve afectada y si no se corrige a tiempo, la empresa puede morir. Al igual que la salud de un organismo vivo.
La personalidad de la empresa
Cualquier persona distingue que las empresas tienen una personalidad. Dos empresas que sacan productos idénticos, son distinguidas porque cada empresa interacciona de manera diferente con el entorno. Eso lleva a preferencias del cliente, quien se idéntica con la personalidad de la empresa. Esa personalidad la construye los directivos, la gerencia y los mismos trabajadores. El caso de Apple es un perfecto ejemplo de lo que queremos mostrar.
¿Por qué unas empresas mueren más rápidamente que otras?
Al igual que un organismo vivo, unos mueren antes que otros, a las empresas, le sucede lo mismo. Los procesos catabólicos superaron a los anabólicos y el organismo pereció. El organismo vivo, no pudo obtener del ambiente lo que necesitaba, la empresa no fue capaz de obtener de su entorno lo que necesitaba. Su salud económica se vio comprometida, porque no tenía el adecuado recurso financiero, humano, tecnológico, educativo y logístico. Pero algo muy importante, puede tener todo lo anterior, pero si el mercado no se identifica con la personalidad de la empresa, la abandonará.
Si deseas profundizar más sobre el concepto de empresa como un organismo vivo, puedes ver un video en el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=Q2dQ9yeuFcU
Gerardo Fonthal
Gerente de Coemprende